La compensación de emisiones de CO2 consiste en la adquisición de una cantidad de créditos de carbono, proporcional a la cantidad de emisiones generadas. Las emisiones generadas se miden en toneladas de CO2 y la moneda de cambio es el crédito de carbono. Cada crédito de carbono representa una toneladas de CO2, y proviene de un proyecto que o bien evita/reduce CO2 o bien captura CO2.

El uso de créditos de carbono generados a través de proyectos de soluciones basadas en la naturaleza (NBS, por sus siglas en inglés – proyectos forestales, conservación o restauración de bosques, manglares, etc. o de soluciones basadas en la tecnología (energía solar, eólica, hidráulica, biogás, etc.) ayuda a mitigar el cambio climático y a cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Más aún, en el caso de los proyectos NBS, además se aumenta la protección y restauración de los ecosistemas naturales ante los posibles efectos del cambio climático.

La calidad de los proyectos en los que se decida compensar es de crucial importancia para conocer si esa compensación realmente ha contribuido a la mitigación del cambio climático o si ha tenido un impacto positivo en la comunidad en la que se generó ese crédito.

A pesar de que todos los créditos de carbono proceden de proyectos validados y certificados por diversos estándares internacionales, la realidad es que no todos los proyectos tienen la misma calidad. Por ello diversas organizaciones están elaborando lineamiento de evaluación de la calidad de los créditos.

Además de los criterios tradicionales para evaluar la calidad de un crédito de carbono, que son los que determinan el precio, tales como el estándar bajo el que ha sido registrado y certificado el proyecto, la tipología del proyecto, el vintage (año en que se generó el crédito) o la ubicación geográfica, hay otros criterios que relevantes a evaluar:

  1. Impacto del proyecto en la mitigación del cambio climático: Que tiene en cuenta la real adicionalidad del proyecto o la solidez en el cálculo de las reducciones/absorciones, así como en las líneas de base.
  2. Doble contabilidad: Garantías para evitar un doble registro del proyecto, evitar la doble emisión de créditos, el doble uso del crédito y la doble reclamación del crédito (inclusión en la contabilidad de los países en donde se ha llevado a cabo el proyecto – Contribuciones Nacionales Determinadas NDC-)
  3. Fracaso en el logro de los objetivos: Identificación y mitigación de posibles riesgos para el logro de los objetivos y desempeño planificados.
  4. Impacto en la transición hacia Net Zero: Promoción de proyectos alineados con la transición hacia Net Zero, que promuevan tecnologías bajas o nulas en carbono, o que absorban carbono.
  5. Solidez del registro: Gobernanza de la organización, transparencia, participación de verificadores externos.
  6. Impacto social, ambiental y desarrollo sostenible: salvaguardas sociales, impacto local en el desarrollo sostenible y contribución a la adaptación y resiliencia al cambio climático.
  7. Compromisos climáticos del país donde se lleva a cabo el proyecto: Grado de ambición climática del país, y enfoque con los inventarios de emisiones de los NDC.

Para cumplir con todas las pautas establecidas es esencial la figura del trader, con el fin de asesorar y guiar a los clientes que quieran iniciar su camino a la compensación gracias al desarrollo personalizado de estrategias de compraventa.

Para más información no dude en contactar con:

Rocío Dañino: rdanino@globalfactor.com

Ane Valdivielso: avaldivielso@globalfactor.com

 

Fuente: Global Factor

Global Factor es un grupo internacional con 18 años de experiencia, especializado en ofrecer soluciones globales, originales e innovadoras en ámbitos de adaptación y mitigación al cambio climático, huella de carbono, sostenibilidad, economía circular, energías renovables, neutralidad climática, o mercados de carbono. Global Factor cuenta con un equipo interdisciplinar con presencia en 8 países, y ha participado en más de 2.100 proyectos para más de 700 clientes públicos y privados, organizaciones internacionales y entidades sin ánimo de lucro en más de 45 países diferentes.