Conseguir «cero contaminantes» en el aire y el agua, tanto superficial como subterránea y residual urbana de forma gradual hasta 2050 en la UE, es el objetivo de un conjunto de normas reforzadas que presentó este miércoles la Comisión Europea.
Este paquete normativo, que revisa y moderniza varias directivas en vigor, pretende evitar cientos de miles de muertes prematuras y superar con creces en beneficios el gasto para lograr las metas que, una vez validadas por la Eurocámara y el Consejo de la UE (los países), entrarán en vigor con objetivos progresivos en 2030, 2040 y 2050, con tiempo para que la industria y las autoridades se adapten.
Como novedades, se destaca que las personas que sufran daños en su salud por la contaminación atmosférica tendrán derecho a ser compensadas en caso de infracción de las normas de calidad del aire de la Unión Europea o la introducción del principio de «quien contamina paga».
CONTAMINACIÓN DEL AIRE: DERECHO A SER COMPENSADO
El aire sucio es la mayor amenaza para el medioambiente y la salud en Europa y una de las principales causas de ictus, cáncer, asma o diabetes. En 2019 provocó más de 300.000 muertes prematuras, según la Agencia Europea de Medioambiente.
Afecta de forma desproporcionada a grupos sociales sensibles y vulnerables (niños, ancianos, enfermos y pobres), y perjudica al medioambiente, causando acidificación, eutrofización y daños a los bosques, ecosistemas y cultivos.
El objetivo es reducir la contaminación del aire a la mitad a partir de 2030, lo que según Bruselas estará más acorde con las directrices de la Organización Mundial de la Salud, y llegar a cero en 2050.
Para lograrlo, se establece una revisión periódica de las normas -la primera en 2028- y una reducción a más de la mitad del valor límite anual del principal contaminante, las partículas finas (PM2,5), así como el dióxido de nitrógeno y el ozono, con lo que se espera bajar el número de muertes prematuras en más de un 75 % en diez años..
Bruselas calcula que con una inversión de menos de 6.000 millones de euros anuales (por debajo del 0,1 % del PIB de la UE) se conseguirán beneficios brutos de entre 42.000 y 121.000 millones en 2030, frente a los entre 231.000 y 853.000 millones al año de costes anuales por contaminación.
AGUAS RESIDUALES URBANAS: QUIEN CONTAMINA PAGA
Dado que el 92 % de los microcontaminantes tóxicos encontrados en las aguas residuales de la UE proceden de productos farmacéuticos y cosméticos, un nuevo sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor exigirá que paguen el coste de su eliminación.
Esto se ajusta al principio de «quien contamina paga» y también incentivará la investigación y la innovación en productos libres de tóxicos, además de hacer más justa la financiación del tratamiento de las aguas residuales, según Bruselas.
El objetivo es alcanzar la neutralidad energética del sector para 2040 y mejorar la calidad de los lodos para permitir una economía más circular, con la producción de biogás y fertilizantes.
La Comisión fija también nuevas normas sobre microcontaminantes y requisitos de control de los microplásticos, así como la vigilancia sistemática de las aguas residuales para detectar varios virus.
La obligación de depurar se amplia a los municipios de 1.000 habitantes (2.000 ahora), se exige establecer planes de gestión integrada del agua en las ciudades más grandes y garantizar saneamiento, en particular para grupos marginados.
Bruselas estima que la relación coste-beneficio será positiva: aumentarán los costes hasta 3.800 millones de euros al año en 2040 para beneficios de 6.600 millones anuales.
Fuente: Euractiv Euroefe