Según un informe de ONU Cambio Climático, el cumplimiento de los compromisos actuales por parte de los gobiernos nacionales sitúa al mundo en la senda de un calentamiento de 2,5 ºC para finales de siglo. En este contexto, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas indica que las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse en un 45 % de aquí a 2030 para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.

En esta línea, en la COP27 se ha reafirmado el compromiso de limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales y se ha reforzado la acción de los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los efectos inevitables del cambio climático, así como el apoyo a la financiación, la tecnología y la creación de capacidades que necesitan los países en desarrollo.

Los gobiernos han tomado una decisión innovadora para establecer nuevos acuerdos de financiación, así como un fondo específico para ayudar a los países más vulnerables al cambio climático a responder a las pérdidas y daños.

En este sentido, se ha acordado el establecimiento de un comité de transición para realizar recomendaciones sobre cómo poner en marcha los acuerdos de financiación y los fondos en la COP28 del próximo año. Se espera que la primera reunión del organismo tenga lugar antes de finales de marzo de 2023.

Las partes también han dado luz verde a los acuerdos institucionales para poner en marcha la Red de Santiago para pérdidas y daños con el fin de canalizar la asistencia técnica a los países en desarrollo especialmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático.

Adaptación y mitigación

Entre los avances más significativos en materia de adaptación, los gobiernos han acordado en la COP27 la forma de avanzar en el Objetivo Mundial de Adaptación, que concluirá en la COP28 y servirá de base para la primera Evaluación Global, mejorando la resiliencia de los más vulnerables.

Asimismo, se han hecho nuevas promesas de contribuciones por más de 230 millones de dólares al Fondo de Adaptación. Estas ayudarán a más comunidades vulnerables a adaptarse al cambio climático mediante soluciones concretas.

En esta misma línea, se ha anunciado el Programa para la adaptación de Sharm el Sheij, que mejora la resiliencia de las personas que viven en las comunidades más vulnerables al clima para 2030. De la misma manera, el Comité Permanente de Financiación de ONU Cambio Climático preparará un informe sobre la duplicación de la financiación de la adaptación para su consideración en la COP28.

El Plan de implementación de Sharm el Sheij destaca que se espera que la transformación mundial hacia una economía baja en emisiones de carbono requiera inversiones de entre cuatro y seis billones de dólares al año. Para ello, será necesaria una transformación rápida y completa del sistema financiero, de sus estructuras y procesos, con la participación de los gobiernos, los bancos centrales y comerciales, los inversores institucionales y otros actores financieros.

Adicionalmente, se ha instado a los países desarrollados a cumplir con el objetivo fijado de movilizar conjuntamente 100.000 millones de dólares al año para la acción climática. En materia de mitigación, se ha puesto en marcha un programa de trabajo destinado a aumentar la ambición y la aplicación de la mitigación, que se inicia inmediatamente después de la COP27 y continuará hasta 2030 con la celebración de al menos dos diálogos mundiales cada año.

Refuerzo de los objetivos, participación y soluciones tecnológicas climáticas

En el marco de la COP27 también se ha pedido a los gobiernos que revisen y refuercen sus objetivos de 2030 en sus planes climáticos nacionales.

Por otra parte, se ha subrayado la urgencia de transformar rápidamente los sistemas energéticos para que sean más seguros, fiables y resilientes, acelerando las transiciones limpias y justas hacia las energías renovables durante esta década.

Además, las decisiones tomadas hacen hincapié en la importancia de empoderar a todas las partes interesadas para que participen en la acción climática, en particular, a través del plan de acción quinquenal sobre la Acción para el Empoderamiento Climático y la revisión intermedia del Plan de Acción de Género. Los jóvenes, en particular, han tenido especial protagonismo en la COP27. Han hecho oír su voz a través del primer pabellón para infancia y juventud, así como del primer Foro del Clima dirigido por jóvenes.

Asimismo, los países han lanzado un paquete de 25 nuevas acciones de colaboración en cinco áreas clave: energía, transporte por carretera, acero, hidrógeno y agricultura.

Otro anuncio realizado en el encuentro es que, próximamente, con la dirección de los Emiratos Árabes Unidos, se realizará el Primer Inventario Mundial, un balance de la aplicación del Acuerdo de París. Del mismo modo, se ha lanzado un nuevo programa de trabajo de cinco años para promover soluciones tecnológicas climáticas en los países en desarrollo.

Compromisos de ciudades, industria, instituciones financieras y regiones

La celebración de la COP27 ha acogido más anuncios, como el de un plan de 3.100 millones de dólares para garantizar la protección de todos los habitantes del planeta mediante sistemas de alerta temprana en los próximos cinco años.

Por su parte, el Grupo de Expertos de Alto Nivel del Secretario General de las Naciones Unidas sobre Compromisos Cero Neto ha publicado un informe en la COP27, que sirve de guía para garantizar compromisos creíbles y responsables de cero emisiones por parte de las ciudades, la industria, las instituciones financieras y las regiones.

También se ha puesto en marcha un plan liderado por el G7 llamado Global Shield Financing Facility (Fondo de Financiación del Escudo Global) para proporcionar financiación a los países que sufren desastres climáticos.

De la misma manera, al anunciar un total de 105,6 millones de dólares en nuevos fondos, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Irlanda, Eslovenia, Suecia, Suiza y la Región Valona de Bélgica, han subrayado la necesidad de un apoyo aún mayor a los fondos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial destinados a las necesidades inmediatas de adaptación al clima de los estados de baja altitud y de bajos ingresos.

Fuente: SmartCity