La Comisión Europea propuso este miércoles la primera ley comunitaria que tiene el objetivo de detener la pérdida de la biodiversidad y promover la recuperación de ecosistemas a través objetivos vinculantes tanto en bosques, humedales, ríos y mares como en entornos urbanos y la disminución de especies polinizadoras.
El objetivo de la bautizada Ley de Restauración de la Naturaleza es evitar el «colapso» de los ecosistemas del bloque y evitar «el peor impacto del cambio climático y la pérdida de biodiversidad» con iniciativas que cubran «al menos» el 20 % de la superficie y las zonas marinas de la UE para 2030 y se extienda a «todos los ecosistemas que necesiten ser restaurados» en 2050.
Así, el Ejecutivo comunitario argumenta que «recuperar los humedales, ríos, bosques, pastos, ecosistemas marinos, entornos urbanos y las especies que viven en ellos es una inversión crucial y efectiva para la seguridad alimentaria, resiliencia climática, salud y bienestar».
Además, la institución remarca que los beneficios de estas acciones superarán con creces la inversión necesaria para llevarlas acabo, puesto que «por cada euro dedicado a restaurar la naturaleza se añade un valor económico de entre 8 y 38 euros» (entre 8,4 y casi 40 dólares al cambio actual).
Según los datos de Bruselas, más del 80 % de los hábitats protegidos de la UE están «en condiciones pobres», con el 36 % de ellos en fase de deterioro y «solo el 9 % mejorando». Además, «todos los ecosistemas europeos se enfrentan a una presión creciente y sufren las consecuencias del cambio climático y otras amenazas como la contaminación de los nutrientes».
Por otro lado, los ecosistemas marinos afrontan «retos graves por la crisis climática, la sobrexplotación, la contaminación y la destrucción causada por especies invasoras, la condición «general» de los bosques también es «pobre» y los humedales se han reducido un 50 % desde 1970.
OBJETIVOS LEGALMENTE VINCULANTES
Con este contexto, el borrador de reglamento que plantea la Comisión Europea establece objetivos legalmente vinculantes de restauración en diferentes ecosistemas y para cada Estado miembro.
Por ejemplo, en espacios naturales y «seminaturales» se marca el objetivo de mejorar y restablecer la biodiversidad «a gran escala» y de aumentar en ellos las poblaciones de las especies que acogen, una meta que también se busca para los ecosistemas forestales, en los que también se persigue recuperar una «tendencia positiva» en la cantidad de «madera muerta» (árboles caídos que siguen cumpliendo funciones en el entorno).
En cuanto a los polinizadores, el proyecto de ley quiere revertir la desaparición de abejas, mariposas, abejorros y otras poblaciones para 2030 y que empiecen a crecer a partir de ese año. Con respecto a los entornos urbanos, Bruselas propone que no se pierdan zonas verdes al final de esta década y que los espacios verdes hayan aumentado un 3 % diez años después y un 5 % en 2050.
La normativa aboga asimismo por restaurar hábitats como las praderas submarinas y recuperar espacios de «especies marinas icónicas» como delfines, tiburones o aves marinas, y por identificar y eliminar barreas que impiden la conectividad de aguas de superficie como los ríos.
Para lograr todos estos objetivos, la normativa obligará a los Estados miembros a remitir al Ejecutivo comunitario planes nacionales de restauración de la naturaleza que después serán evaluados por las autoridades comunitarias para analizar su contribución a cada uno de ellos.
Fuente: Euro EFE