La COP27, que se llevó a cabo el pasado mes de noviembre en Egipto, se celebró en medio de un contexto global de gran complejidad: una crisis económica marcada por la inflación y la recesión, una crisis geopolítica derivada del conflicto bélico en Ucrania iniciado por Rusia, y una crisis energética, sobre todo en Europa, por su dependencia energética con Rusia.

A todo ello hay que sumar el hecho de que la crisis climática se encuentra en un momento álgido y crucial, luego de un año 2022 que pasará a la historia como uno de los más calientes, y con un informe de Naciones Unidas que, tras estudiar los avances, compromisos y metas, ha determinado que estamos muy lejos de lograr el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global en 1.5ºC, y que estamos en una senda que nos sitúa en un calentamiento de 2,5ºC para final de siglo. Una catástrofe.

No resulta sorprendente que, a pesar de la urgencia y la necesidad de una mayor ambición y cumplimiento de los objetivos, se haya avanzado más bien poco. Sólo hubo un acuerdo e hito relevante e histórico, que fue la creación de un fondo de Pérdidas y Daños para los países más vulnerables.

¿Cómo afecta la COP27 a las empresas?

Aquí te contamos cómo afectan a las empresas las decisiones que se tomaron y las que no se tomaron, los avances y los temas que aún siguen sin resolver.

1) La lucha anti greenwashing: Rigurosidad científica, resultados concretos y comunicación transparente y fiable:

A diferencia de la COP26 de Glasgow, donde se destacó el rol del sector privado como un actor de gran relevancia para la mitigación y se celebraron los compromisos y avances hacia Net Zero de los distintos sectores, el espíritu en Sharm El-Sheikh fue mucho más crítico. Naciones Unidas publicó un informe acerca de los escasos avances de las empresas, de lo vacío de ciertos compromisos, y la lentitud en ofrecer resultados concretos alineados a los compromisos. Incluso publicó un documento con 10 recomendaciones para evitar el greenwashing.

En tal sentido, las empresas hoy más que nunca deben, no sólo fijar objetivos de reducción basados en la ciencia, sino que deben tener planes de reducción robustos que permitan lograr esas reducciones, así como el presupuesto necesario para ejecutar las acciones y lograr resultados concretos.

Además, han de poner especial cuidado a cómo comunican los avances y logros en materia climática. Por ello, reportar bajo estándares rigurosos como el Carbon Disclosure Project (CDP) es un paso fundamental para mantener la credibilidad y la reputación ante los distintos grupos de interés.

Precisamente en el marco de la COP27, CDP anunció que incorporará las normas del International Sustainability Standards Board (ISSB), a su cuestionario de 2024, una vez se haya aprobado el estándar de divulgación climática del ISSB que se espera para inicios de 2023. CDP viene trabajando en el Techinical Readiness Working Group (TRWG) del ISSB junto a otras organizaciones, en la elaboración de los estándares de reporte.

Además, el cuestionario de CDP está muy alineado al cuestionario E1 Climate Change del European Financial Standards Board (ERFAG) que será el estándar bajo el que tendrán que reportar las empresas afectadas por la nueva Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad, aprobada el pasado 11 de noviembre de 2022 y que entra en vigor en 2024.

2) Hacia el 1.5ºC: más regulación y precios más altos para el carbono

La trayectoria actual sitúa el calentamiento del planeta en 2.5ºC, y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha manifestado que estamos muy lejos de poder lograr la gran meta global de 1.5ºC. No obstante, la meta se ha conseguido mantener, y de hecho fue un punto de negociación muy fuerte por parte de Europa que rechazó categóricamente la posibilidad de reducir la ambición.

Esto sin duda tendrá un efecto en una mayor regulación relacionada con el clima a nivel mundial, desde la obligatoriedad para calcular y reportar la huella de carbono incluyendo los alcances 1, 2 y 3, hasta la elaboración y reporte de planes de reducción, pasando por esquemas como impuestos al carbono o mercados regulados de carbono en nuevas partes del mundo. Cuantas más empresas logren conocer su impacto en el cambio climático, más empresas podrán tomar acciones para reducir tal impacto.

Asimismo, esto podría suponer un precio más alto para el carbono, ya que, como indica el Fondo Monetario Internacional, el precio del carbono necesita subir de forma significativa y alcanzar un mínimo de US$75 por tonelada de carbono en todas las regiones del mundo. La idea detrás de estos esquemas, ya sean implementados a través de impuestos o mercados, es que las empresas tengan que necesariamente reducir sus emisiones para evitar pagar por ellas y sufrir el impacto financiero que ello conlleva.

Tanto empresas que ya se ven afectadas por estos esquemas, los cuales se irán endureciendo, como para empresas que aún no están afectadas, cuanto antes empiecen a medir y reducir sus emisiones, menor será el impacto financiero en la cuenta de resultados.

3) Mercados voluntarios de carbono y neutralidad climática:

En la COP26 de Glasgow se adoptaron las normas para el mercado mundial del carbono en el marco del Acuerdo de París (el llamado artículo 6), que permiten que los países puedan invertir en proyectos de reducción y secuestro de emisiones de otros países, para ayudar a cumplir parte de sus propios objetivos climáticos. También se acordó que el antiguo Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kioto será sustituido por un nuevo mecanismo, el Mecanismo de Desarrollo Sostenible (SDM) en virtud del artículo 6.4 del Acuerdo de París.

Si bien se esperaba un mayor avance en este tema, no fue el caso, y aún quedan muchos aspectos por definir, lo que hace que se siga retrasando la implementación de estos esquemas, y que, exista poca claridad sobre qué metodologías serán admitidas por el SDM, y cuándo éste empezará a funcionar, entre otros.

Los mercados voluntarios de carbono juegan un rol muy importante en las estrategias Net Zero de las empresas, tanto para compensar emisiones mientras de realizan los esfuerzos de mitigación (nunca de forma sustitutoria), como para neutralizar las emisiones residuales que no se podrán eliminar. Para neutralizar las emisiones residuales es necesario remover el carbono de la atmósfera, ya sea dentro de la propia cadena de valor de las organizaciones, o fuera de la cadena de valor, es decir, a través de los mercados voluntarios.

Es por ello que todo lo que se defina en torno al artículo 6.4 es de suma importancia para las empresas porque afecta directamente sus estrategias Net Zero. Lo que está claro, es que sí o sí las empresas tendrán que remover carbono, por lo que ir pensando en desarrollar un proyecto propio de remoción de carbono, a nivel nacional o internacional, ya sea basado en la naturaleza (reforestación, aforestación, etc.) o basado en la tecnología, es clave para comprar tiempo y estar preparado. Se espera que los precios de los créditos de carbono, en especial los procedentes de proyectos de remoción, aumenten su precio significativamente precisamente por la alta demanda empresarial vinculada con Net Zero.

4) Oportunidades en países vulnerables

Si bien habrá que esperar a la COP28 en Emiratos Árabes Unidos para conocer más detalles sobre este fondo, muchos de los países en vías de desarrollo más vulnerables al cambio climático que tradicionalmente no han recibido financiamiento climático, podrían ahora acceder a fondos. Este acuerdo, por tanto, podría suponer la apertura de nuevas oportunidades para empresas que podrían expandir y desarrollar sus negocios en zonas y regiones que quizá antes no habían considerado. En especial se podrían abrir oportunidades para sectores como infraestructura, manufactura, o bienes de capital, para llevar a cabo proyectos de mitigación, adaptación y reconstrucción, entre otros.

Fuente: Global Factor

Global Factor es un grupo internacional con 18 años de experiencia, especializado en ofrecer soluciones globales, originales e innovadoras en ámbitos de adaptación y mitigación al cambio climático, huella de carbono, sostenibilidad, economía circular, energías renovables, neutralidad climática, o mercados de carbono. Global Factor cuenta con un equipo interdisciplinar con presencia en 8 países, y ha participado en más de 2.100 proyectos para más de 700 clientes públicos y privados, organizaciones internacionales y entidades sin ánimo de lucro en más de 45 países diferentes