La digitalización y las redes de datos aplicadas a la energía pueden mejorar la habitabilidad de las ciudades. Es lo que defiende la Agencia Ejecutiva Europea de Clima, Infraestructuras y Medio Ambiente (IEA) basándose en los datos de su informe ‘Digitalización de los sistemas energéticos urbanos’.
Sistemas inteligentes al servicio del ciudadano
El estudio de la agencia europea muestra los proyectos del programa Horizonte 2030 que se apoyan en las nuevas tecnologías de las smart cities para optimizar el uso energético, desde la monitorización de calefacciones a sistemas inteligentes de iluminación urbana o mapeo de puntos de recarga eléctricos.
De acuerdo al informe de la IEA, para 2024 habrá un total de 83.000 millones de dispositivos conectados y los sensores generarán un amplio conjuntos de datos.
Mejor uso de las energías
No solo las instituciones, también los ciudadanos generamos un caudal inmenso de datos, desde patrones de tráfico a los horarios con más consumo de energía. La tecnología digital permite un proceso ultrarrápido de toda esa información, que puede ayudar a organizar mejor todos los usos urbanos, para un uso más eficiente de la energía.
Las tecnologías digitales permiten también a los sistemas de energía pronosticar la disponibilidad de recursos, algo muy importante para organizar la demanda, especialmente en el caso de las energías renovables.
Mediante plataformas o aplicaciones móviles, los ciudadanos podrían tener acceso a los datos recopilados por las redes digitales y optimizar sus consumos, beneficiando con ello al clima.
El papel crucial de las ciudades contra el cambio climático
El papel de las ciudades en la lucha contra el calentamiento global es crucial. Según la ONU, actualmente el 55% de la población vive en las ciudades, un porcentaje que subirá al 70% en el año 2050. Las ciudades son responsables del 70% de las emisiones globales de CO2, y entre el 60-80% del uso global de energía.
El informe de la agencia europea afirma que las tecnologías digitales tienen el potencial de reducir en un 20% las emisiones globales de CO2 para 2030, especialmente en energía, transporte y construcción.
Si se aprovechan sus funciones, la digitalización energética reducirá las facturas y ayudará a combatir el cambio climático. Podría incluso decirse que ese tratamiento inteligente de los datos es uno de los ‘motores’ de la transición energética.
«Hay un enorme potencial de la transición digital para mejorar la calidad de vida de ciudadanos, así como para transformar la economía», afirma la agencia de la energía en su informe ‘Digitalización de los sistemas energéticos urbanos’.
Inversiones en Europa
Dentro de Europa, varios países han comenzado a destinar fuertes inversiones en la digitalización de los sistemas energéticos urbanos. Por ejemplo, Bélgica ha destinado 400 millones de euros para el desarrollo de 62 proyectos.
En Finlandia se han ejecutado 26 proyectos con un presupuesto total de 45 millones de euros. Francia aporta 50 millones de euros a la ‘Ciudad del mañana’, un fondo para start-ups dedicadas a las smart cities.
También Alemania ha presentado su programa en torno a las ciudades inteligentes y la digitalización energética al que destina 150 millones de euros. Italia, por su parte, anunció un presupuesto de 65 millones para acciones en este mismo ámbito.
Fuente: El Tiempo