Marruecos está tratando de reforzar su imagen internacional al presentarse como un líder climático reforzando su industria de energías renovables.
El reino alauí ha doblado su apuesta por las energías renovables. Aunque la energía renovable se ha convertido en un factor estratégico en el desarrollo económico, Marruecos sigue dependiendo en gran medida del mercado energético internacional, pues importa más del 90 % de sus necesidades energéticas.
Para reducir su dependencia energética, el país magrebí adoptó una nueva estrategia en 2009 en la que establecía que, para el año 2030, se pretendía que la cuota de producción de energía en el reino fuera del 52 %. El impulso de esta estrategia se veía apoyado por su situación geográfica, pues podría funcionar como un puente de trasvase de energía entre África y el continente europeo gracias a sus activos estratégicos en materia de infraestructuras de interconexión.
El avance en cuanto a la energía fotovoltaica no es una excepción, pues se está construyendo en Tánger una nueva ciudad verde donde habrá unas 72 hectáreas llena de paneles solares que generará una potencia de 30MW. Además, se han puesto en marcha varios proyectos verdes, entre ellos la ciudad de Chrafat en 700 hectáreas y la Ciudad Mohammed VI Tánger Tech en 2.100 hectáreas.
Entre los planes del reino se encuentra aumentar la participación de las energías renovables, desarrollar la red eléctrica, la interconexión con países vecinos e implementar la hoja de ruta sobre energía marina y geotérmica.
Además, el reino pondrá muchas facilidades para estas como un apoyo financiero del 30% con un tope de 2 millones de dirhams por proyecto y ayudas de 1,5 millones relacionadas con el diseño y el desarrollo del producto industrial.
Finalmente, las ambiciones del Nuevo Modelo de Desarrollo (NMD) sitúan la energía como palanca de atracción y desarrollo, con vistas a desencadenar un verdadero choque de competitividad, en torno a criterios basados en los precios y las distintas modalidades de producción baja en carbono.
Tal enfoque también permitirá garantizar la seguridad energética del reino (tanto en términos de volúmenes como de precios), y convertirlo en un actor mundial no solo en términos de sostenibilidad, sino también de producción de energía renovable. En este sentido, debe darse un fuerte impulso a la I+D+i, así como a la producción a escala industrial de equipos que permitan la producción de energía.
Fuente: Atalayar