La Comisión Europea prevé que, si no se implementan nuevas políticas hacia una economía circular, el consumo de recursos del planeta se triplicará para 2050. Esto requiere reducir el 90 % de las emisiones del transporte, que actualmente contribuye considerablemente a las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa. Si bien la electrificación del transporte es esencial para la neutralidad climática, implica cambios significativos en la producción y las cadenas de suministro, afectando particularmente a regiones como el País Vasco, con una destacada industria de componentes de automoción.

La dependencia de materias primas estratégicas, como el neodimio o el níquel, provenientes de fuera de la Unión Europea, plantea un riesgo para la estabilidad económica y la innovación en el sector. Ante este panorama, la nueva Ley Europea de Materias Primas Críticas busca reducir esta dependencia y fomentar un acceso sostenible a estos recursos. Entre otras medidas, la ley establece que el reciclado debe representar al menos el 15 % del consumo de estas materias para 2030. En este contexto, el proyecto EKOMUGI propone investigar soluciones tecnológicas para valorizar los residuos del sector del transporte y la movilidad, cerrando el ciclo de vida de productos y garantizando un suministro sostenible de materias primas.

Reciclaje y recuperación de materias primas críticas

EKOMUGI se centra en el reciclaje de materias primas críticas de alto valor añadido, como el neodimio o el níquel, provenientes de motores eléctricos, baterías y piezas plásticas metalizadas de vehículos eléctricos. Para lograrlo, se emplearán estrategias de automatización en los procesos de separación y tratamiento de residuos, así como tecnologías innovadoras de reciclaje y recuperación de materias primas críticas.

El consorcio está formado por varias empresas entre las que se encuentra Global Factor, centros tecnológicos y agentes de la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación

Un futuro más sostenible para el transporte

El proyecto EKOMUGI representa un paso significativo hacia un futuro más sostenible para el sector del transporte y la movilidad. Al promover la economía circular y la innovación tecnológica, esta iniciativa no solo contribuye a reducir el consumo de recursos y las emisiones de carbono, sino que también fortalece la competitividad del sector frente a los desafíos globales y locales.

Fuente: CEIT